Una
sola vez me concediste el placer de la cita, pero fue suficiente para que no
dejara de recordarte con tu espalda sobre la antigua piedra, encendida por ese
furtivo encuentro en soledad, cálida y temerosa de que te descubrieran.
La
piedra y el recuerdo siguen ahí; tú, no.
Julio César Parissi
No hay comentarios.:
Publicar un comentario