Seguidores


Cambiar de aire

Julio César Parissi



La vida —con sus idas y vueltas, con sus encrucijadas o con sus marchas por senderos o a campo traviesa— va tejiendo la existencia de cada uno, día a día y año a año. Lo que dejamos atrás nos da la experiencia para tratar de intuir lo que viene. Así, nos metemos en esa nebulosa repleta de incógnitas que llamamos futuro. No sabemos hasta dónde llega el camino que tenemos delante; tampoco nos preocupa. Sólo nos interesa andar en la ruta que creemos haber elegido.
Por eso, cada tanto nos planteamos cambiar de aire. Varias veces nos ha pasado intuir que nuestra vida buscaba ir por otro lado en procura de encontrar ese otro aire. En esos momentos uno da el golpe de timón y pone proa hacia un lugar diferente, distinto al sendero habitual, tan atractivo como desconocido.
Nos sabemos aventureros y necesitamos explorar aquello que está más allá, al igual que los antiguos navegantes se largaban a las aguas oceánicas en tiempos de la tierra plana, la bóveda celeste tachonada de estrellas y las criaturas terribles. Hacia allá iban, sostenidos por esa filosofía que ha llegado hasta nuestros tiempos basada en la frase que Pompeyo usó para arengar a sus marineros que temían lanzarse al mar: «Navigare necesse est, vivere non necesse», les dijo el romano.
Es decir, navegar es necesario, vivir no lo es. Vivir es sólo durar; navegar es vivir. Y cambiar de aire es navegar con toda intensidad.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario