Sólo
el amor más viejo de la tierra
lava
y peina la estatua de los niños,
endereza
las piernas, las rodillas,
sube
el agua, resbalan los jabones,
y
el cuerpo puro sale a respirar
el
aire de la flor y de la madre.
Oh
vigilancia clara!
Oh
dulce alevosía!
Oh
tierna guerra!
Ya
el pelo era tortuoso
pelaje
entrecruzado por carbones,
por
aserrín y aceite,
por
hollines, alambres y cangrejos,
hasta
que la paciencia
del
amor
estableció
los cubos, las esponjas,
los peines, las toallas,
y
de fregar y de peinar y de ámbar,
de
antigua parsimonia y de jazmines
quedó
más nuevo el niño todavía
y
corrió de las manos de la madre
a
montarse de nuevo en su ciclón,
a
buscar lodo, aceite, orines, tinta,
a
herirse y revolcarse entre las piedras.
Y
así recién lavado salta el niño a vivir
porque
más tarde sólo tendrá tiempo
para
andar limpio, pero ya sin vida.
Pablo Neruda
#julioymolo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario