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miércoles, 24 de enero de 2018

Agradecimiento

Una leyenda urbana ha ido modificando las versiones de una noche en Montevideo. A mi me la contaron hace mucho tiempo y la considero tan genuina como todas las demás.
Dicen que Jorge Drexler estaba a un paso de abandonar sus sueños de compositor y cantante en un Uruguay que no le permitía vivir de su profesión. Entonces llegó Joaquín Sabina de gira y, luego de un concierto, compartieron una noche cuyas estaciones fueron cuatro bares de la ciudad.
Sabina buscó la manera de convencerlo para que fuera a España con él y que allí triunfaría. Después de tantas rondas es difícil distinguir los límites entre la realidad, los sueños, los buenos deseos de un colega.
Hay muchos testimonios sobre la generosidad de Sabina. Miles de anécdotas lo pintan de cuerpo entero. Dijo que lo llevaba y se lo llevó.
El éxito de Drexler comenzó en España y luego su música llegó al Río de la Plata.
Veintidos años después Jorge Drexler le compone una canción en agradecimiento a aquel notable gesto de Joaquín.
El video oficial tiene una espléndida foto de aquella noche en que la vida de Drexler se dividió en dos.
La letra es magnífica y la música la eleva aún más.
Que lo disfruten.

2 comentarios:

  1. Hay encuentros que constituyen un antes y un después. Así fue el de Drexler y Sabina. Conocía la anécdota, pero no la canción, que me parece de una gran belleza y sobre todo de un sanador agradecimiento. Aquí las palabras vuelan... como le dijo una niña a Eduardo Galeano, que no le gustaban los libros porque allí, las palabras estaban inmóviles, en cambio en las canciones, ellas volaban. Festejo los encuentros, los vuelos y las palabras voladoras... ya sea en los libros como en las canciones, aquellas palabras que nos llevan por pretiles, por los que nos animamos a transitar con valentía. Gracias a ustedes por compartir tan maravilloso video !!!

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    1. Gracias Mariluz! La idea de este espacio es compartir aquellas obras, sean literarias, musicales, que nos hayan emocionado por alguna razón.
      Gracias por tu lectura y por esta maravillosa devolución.
      Julio y Molo

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